50 años de triunfos, 50 años de locura

Cristian Ramón Marín Sanchiz
EL NIÑO DE MAÍZ
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50 años de triunfos, 50 años de locura

En 2018 se cumplieron cinco décadas del primer triunfo mundialista para el motociclismo español. En la segunda cita de la temporada 1968, Salvador Cañellas llevó su Bultaco TS125 hasta la primera posición en el mítico Montjuïch (así se escribía en la época) y abrió un camino repleto de éxitos que puedes repasar en el especial 50 años de victorias publicado por MOTOCICLISMO.

Fuera del plano deportivo, una de las curiosidades de aquella carrera es que tuvo un espectador de lujo. Dennis Noyes, aficionado al motociclismo por aquel entonces, había acudido para disfrutar de la competición y las cámaras del NO-DO le captaron hablando con la amiga que le había acompañado al circuito. Era la primera carrera de velocidad que veía y ya apareció en las pantallas de cine. Él mismo confiesa que estaba analizando y comentado todo lo que ocurría, a pesar de que no tenía demasiada idea sobre el desarrollo que llevaba Phil Read o la carburación de la Matchless que conducía Jack Findlay, el gran piloto privado que, años más tarde, trabajó como Director Técnico cuando Dennis era miembro de Dirección de Carrera. Estaba actuando como el experto en el que se quería convertir.

Para Dennis, el ambiente de las carreras era una gran novedad. “Lo que no terminaba de entender era la enorme alegría de todo el mundo por la victoria de Cañellas. Pensé que estaban actuando como si fuera la primera vez que un piloto español ganaba un Gran Premio. No sabía que era así”, confiesa cinco décadas después.

Dennis tampoco era consciente de que, al otro lado de las balas de paja, estaba uno de los grandes amigos de su vida: Ángel Nieto. En esa época, “todos los niños querían ser como Nieto” y “cualquier aficionado le conocía”, de acuerdo con Dennis. El día de la mítica victoria de Cañellas, el 12+1 veces campeón del mundo firmó una segunda posición en la parrilla de 50cc bajo la mirada de su futuro compañero de retransmisiones.

Para rematar el simbolismo de la jornada, Dennis decidió que también quería competir sobre una moto. “Voy a ser piloto”, le comentó a su amiga. Y ella tenía claro su punto de vista: “Estás loco”. Dennis suele bromear con que su amiga tenía razón: quizás se había precipitado al tomar una decisión tan importante en ese momento, entre balas de paja y olor a cuero, aunque tiempo después se demostró que estaba en lo cierto. Acabó disputando carreras, tanto en España como en el Reino Unido y, precisamente, en el mítico Montjuïch, Dennis se convirtió en Campeón de España de Resistencia 18 años más tarde. Pero esa es otra historia.

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